Fin de maldiciones

Las maldiciones están para romperlas... Para olvidarlas y enterrarlas en el pasado, eso es algo cuyo cometido no es nada sencillo y que al Real Madrid le ha costado romper 18 años. Casi cuatro lustros sin poder ganar en el campo del Deportivo de La Coruña, Riazor. Al décimo noveno intento el equipo de la capital ha conseguido olvidar sus derrotas pasadas y salir adelante con nada menos que ocho españoles en el once inicial, anécdota que a principio de temporada se presentaba difícil de ver.

El Real Madrid ganó sin apenas ningún apuro al equipo gallego, que nada más pudo observar el buen juego desplegado por los blancos, cuyo entrenador, Pellegrini, apostó por cuatro cerebros (Granero, Xabi, Guti y Kaka`) y le salió bien la jugada. Granero abrió el marcador con un cabezazo certero sobre la meta de Aranzubia, que nada pudo hacer ante el testarazo del canterano madridista; Xabi mantuvo el equilibrio en el centro del campo, y parece que cuando no juega con Lass se desenvuelve mejor sobre el campo; Kaka` dejó muestras de su calidad, pero está lejos de parecerse al Kaka`de 2007, y es que dejó el listón muy alto, pero por allá, en Milán, dicen que sus segundas vueltas son muy buenas, habrá que verlo; y Guti, la eterna promesa, ayer se disfrazó de crack y demostró porqué cuando está bien es uno de los mejores del mundo en su posición, nos deleitó con un pase de tacón magnífico y un ritmo del juego digno del mejor director de orquesta. 

Sin duda, este es el camino a seguir, nadie echó en falta a Cristiano Ronaldo, quien es un refuerzo más que bueno para el equipo, pero no imprescindible, puesto que al poner más centrocampistas creativos, la presión rival deja de surtir efecto en gran medida.

Al fin, la maldición de Riazor acabó, ¿es una señal? Lo que está claro es que la liga empieza a ser cosa de dos y la lucha por Europa, de cinco o seis; los demás, a priori, lucharán por posiciones sin importancia y otros por el descenso.